HEPATITIS A
Hepatitis vírica A: agente, prevención, diagnóstico, tratamiento
La Hepatitis A es una enfermedad infecciosa muy común. Es causada por un virus que afecta el hígado produciendo su inflamación.
Usted necesita que su hígado esté sano. Este órgano desempeña muchas funciones para mantenerlo vivo. El hígado combate las infecciones y detiene las hemorragias. Elimina medicamentos, drogas y otras sustancias tóxicas del torrente sanguíneo. También almacena energía que puede usarse en caso necesario.
Agente Infeccioso
El virus de la hepatitis A (VHA), un picornavirus de 27 nm (es decir, un virus de ARN con cordón positivo). Se le ha clasificado como Enterovirus tipo 72, miembro de la familia Picornaviridae.
Modo de Transmisión de la Hepatitis A
Lave las manos antes de comer o preparar alimento.
La hepatitis A se propaga por medio de Por contacto personal con La hepatitis A se propaga por medio de contacto personal con una persona que tiene la infección.
Usted puede contraer la hepatitis A por medio de comer alimentos preparados por alguien con la hepatitis A beber agua contaminado por la hepatitis A (en los áreas del mundo donde el higiene o las condiciones sanitarias están malas).
Grupos Suceptibles
Cualquier persona puede contraer la hepatitis A.
Pero algunas personas son más propensas que otras:
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las personas que viven con alguien que tiene hepatitis A
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los niños que asisten a guarderías
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las personas que trabajan en una guardería de niños
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hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres
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las personas que viajan a otros países donde la hepatitis A es común
Prevención
La mejor forma de evitar la enfermedad, es a través de la Vacunación:
La vacuna contra la hepatitis A se considera segura y eficaz. Ofrece protección por lo menos 10 años.
En caso de haber padecido ya hepatitis A, la vacuna no es necesaria, ya que la hepatitis A confiere inmunidad (sólo se pasa una vez en la vida). Pero si se vacuna un niño que ya pasó hepatitis A, no es en absoluto perjudicial para el paciente y puede obviar la necesidad de practicar un costoso análisis para saber si se padeció o no hepatitis A.
En México la vacuna se llama Havrix y se presenta en dosis de 360 U. y para que su hijo esté completamente protegido contra esta enfermedad, necesita tres dosis de esta vacuna. Por lo general, la primera dosis se debe aplicar entre el año y los dos años, aunque después del año se puede aplicar a cualquier edad incluyendo a los adultos. En los adultos la dosis es de 720 U.
La segunda dosis se aplica un mes después de la primera. Para lograr una protección óptima es necesario aplicar un refuerzo a los seis meses de la segunda dosis. Sin embargo, existe en Estados Unidos y en Europa una presentación de esta vacuna que es de 720U. la de niños y de 1440U la de adultos y con esta dosificación sólo se aplican dos dosis. La segunda dosis se aplica entre los 6 meses y el año después de la primera aplicación. Los niños mayores, adolescentes y demás miembros de la familia también deben vacunarse para estar protegidos contra la Hepatitis A.
La vacuna de la hepatitis A se administra en dos o en tres dosis inyectables. La aplicación de la vacuna es intramuscular, en la región del hombro.
No se han reportado reacciones serias a esta vacuna y la mayoría de los niños no presentan efectos secundarios. Los posibles efectos que a veces se presentan pueden incluir: dolor, inflamación o enrojecimiento de la zona donde se puso la inyección. Estos efectos son por lo general leves y temporales, pueden aparecer dentro de las 24 horas de aplicada la vacuna y por lo general desaparecen en 48 a 72 horas. Para aliviar estas molestias aplique compresas tibias o frías en el sitio de la inyección.
Es necesario que se apliquen todas las inyecciones para quedar protegido. Si no recibió alguna inyección, llame inmediatamente a su médico o consultorio para que le den una nueva cita.
Se puede administrar un refuerzo a los 10 años después de la aplicación de la primera dosis, lo que protege 10 años más.
Lávese las manos para protegerse
Usted puede protegerse así mismo y proteger a los demás de la hepatitis A de las siguientes maneras:
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Siempre lávese las manos después de ir al baño y antes de preparar los alimentos o comer.
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Use guantes si tiene que tocar el excremento de otras personas. Lávese las manos después de hacerlo.
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Cuando visite otro país, beba agua embotellada. (Y no use cubitos de hielo ni lave la fruta y la verdura con agua del grifo.)
Vacuna contra las hepatitis A y B
En especial es útil para los niños que no recibieron vacunación antihepatitis en el primer año, y para los adolescentes y adultos.
Al combinar estas dos vacunas, se emplea el esquema de 3 dosis. La segunda dosis se aplica un mes después de la primera y la tercera 6 meses después de la primera dosis. Aún no se ha determinado cuál es la fecha óptima para recibir la dosis de refuerzo, pero se recomienda, por lo general, cinco años después de la última dosis.
Se aplica por vía intramuscular en la región del hombro a los niños mayores, adolescentes y adultos; y en la cara anterolateral de la pierna en los bebés pequeños. Las reacciones secundarias a esta vacuna son mínimas, las más comunes son dolor, hinchazón y enrojecimiento en el sitio de aplicación.
Métodos de Control
A. Medidas preventivas:
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Educación de la población para lograr buen saneamiento e higiene personal, con atención especial al lavado meticuloso de las manos y a la eliminación sanitaria de las heces.
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Tratar apropiadamente el agua, y contar con sistemas adecuados de distribución y de eliminación de aguas servidas.
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En la administración de los centros de asistencia diurna debe insistirse en las medidas que permitan reducir al mínimo la posibilidad del transmisión fecal-oral, inclusive el lavado minucioso de las manos después de cada cambio de pañales y antes de comer. Si en un centro han aparecido uno o más casos de hepatitis A, es necesario aplicar inmunoglobina al personal asistencial y a los niños atendidos. También habrá que considerar su administración a los contactos del núcleo familiar de los niños de 2 años de edad o menores, que acuden a los centros donde se han producido los brotes y se hayan identificado casos en tres o más familias, o en situaciones en que el brote se identificó después de tres semanas de detectar el primer caso.
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A las personas que viajan a zonas muy endémicas, que incluyen África, el Oriente Medio, Asia y América Central y del Sur, se les debe administrar dosis profilácticas de inmunoglobuliria En caso de exposiciones previstas incluso hasta de tres meses se recomienda una sola dosis de 0,02 ml por kg de peso o 2 ml para adultos; en caso de exposiciones más largas se recomienda la administración de 0,06 ml por kg de peso, o 5 ml, y repetirla cada cuatro a seis meses si persiste la exposición.
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Emplear unidades desechables y esterilizar adecuadamente las jeringas, las agujas y otro equipo utilizado para inyecciones parenterales (aunque el virus rara vez se trasmite por esta vía).
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Cocer a temperaturas de 85 a 90 °C (185-194 °F) durante cuatro minutos las ostras, almejas y otros crustáceos obtenidos de zonas contaminadas, antes de consumirlos; lo anterior también se logra con la cocción al vapor durante 90 segundos.
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Están en fase de estudio vacunas para la inmunización activa, con virus muertos y atenuados pero todavía no están disponibles para su empleo general.
B. Control del paciente, de los contactos y del ambiente inmediato:
Notificación a la autoridad local de salud: Es obligatoria en todos los estados (EUA) y en el Canadá aunque ya no lo es en muchos países; clase A 2
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Aislamiento: En el caso de hepatitis A corroborada tomar precauciones en las primeras dos semanas de la enfermedad, pero no más de una semana después del comienzo de la ictericia.
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Desinfección concurrente :Eliminación sanitaria de las heces, la Orina y la sangre.
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Cuarentena :ninguna.
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Inmunización de contactos: A todos los contactos del hogar y sexuales se les debe aplicar inmunoglobulina por vía intramuscular a razón de 0,02 ml por Kg de peso corporal para la inmunización pasiva, tan pronto sea posible después de la exposición pero en el término de dos semanas. En los centros de atención diurna habrá que aplicar la inmunoglobulina a lodos los contactos de la sala de clases. Si e1 centro admite niños en pañales, habrá que administrar la inmunoglobulina a todos aquellos potencialmente expuestos y al personal que los atiende. La inmunoglobulina no está indicada para los contactos en la situación común que priva en oficinas, escuelas o fabricas.
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Investigación de los contactos y de la fuente de infección: Búsqueda de casos que pasaron inadvertidos y conservación de la vigilancia de los contactos en el hogar del enfermo o, en un brote proveniente de una fuente común, de las personas expuestas al mismo riesgo.
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Tratamiento específico: Ninguno.
C. Medidas en caso de epidemia:
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Identificar el modo de transmisión por investigación epidemiológica, es decir si fue la de persona a persona o por un vehículo común, y detectar a la población expuesta a un mayor peligro de infección. Eliminación de cualquier fuente común de infección. Si la hepatitis A se identifica en un manipulador de alimentos, habrá que administrar inmunoglobulina a los demás manipuladores del establecimiento. La inmumoglobulina por lo común no se ofrece a los patrones; el ofrecimiento puede considerarse si l os manipuladores de alimentos participaron en la preparación de alimentos que no fueron bien cocidos, si se observan deficiencias en la higiene personal y si la inmunoglobulina puede administrarse en el término de dos semanas después de la última exposición.
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Se harán esfuerzos especiales para mejorar las prácticas de saneamiento e higiene, y para eliminar la contaminación fecal de los alimentos y el agua.
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En los brotes concentrados en instituciones se puede justificar la profilaxis en masa con inmunoglobulina
D. Repercusiones en caso de desastre:
Es un problema potencial en grandes números de personas que están en condiciones de aglomeración, saneamiento inadecuado y deficiencia en los abastecimientos de agua; si aparecen casos de hepatitis habrá que hacer mayores esfuerzos para mejorar las medidas sanitarias y la pureza de los abastecimientos de agua. La administración masiva de inmunoglobulina no sustituye a las medidas ambientales.
E. Medidas internacionales:
Ninguna
Descripción de la enfermedad
El comienzo de la enfermedad por lo general es repentino, con fiebre, malestar general, anorexia, náusea y molestias abdominales y en pocos días aparece ictericia. La enfermedad varía desde la forma leve, que dura de una a dos semanas, hasta una forma grave e incapacitante (en raras ocasiones), que dura varios meses. La convalecencia por lo regular es prolongada. En térmes generales, la gravedad de la enfermedad aumenta con la edad, pero lo más común es que haya restablecimiento completo sin secuelas ni recurrencias. Muchas infecciones son asintomáticas; muchas son leves y sin ictericia, especialmente en los niños, y se las identifica solo mediante pruebas de la función hepática. La tasa de letalidad es pequeña (aproximadamente 0,6%); las raras defunciones que se registran suelen producirse en los ancianos, en quienes la enfermedad sigue un curso fulminante.
Diagnóstico
El diagnóstico se confirma por la demostración de anticuerpos IgM contra el virus de la hepatitis A en el suero de los pacientes con la forma aguda o que en fecha reciente estuvieron enfermos; los anticuerpos IgN pueden seguir siendo detectables durante cuatro a seis meses después del comienzo de la enfermedad. El diagnóstico también puede hacerse por medio de anticuerpos específicos en pares de sueros. Los virus y los anticuerpos se detectan por radioinmunoensayo o ELISA. (En el comercio se cuenta con estuches de pruebas para la detección de IgM y anticuerpos totales contra el virus.) Si no es posible practicar estudios de laboratorio, las pruebas epidemiológicas pueden conferir fiabilidad al diagnóstico. Sin embargo, la hepatitis A no puede distinguirse sobre bases epidemiológicas de la Hepatitis E, en las zonas donde esta última es endémica.
Distribución
Es de distribución mundial, se presenta en forma esporádica y epidémica, y en el pasado tenía tendencia a las recurrencias cíclicas. En los países en desarrollo, los adultos suelen ser inmunes y son raras las epidemias de hepatitis A. Sin embargo, las mejoras sanitarias en muchas zonas del mundo han hecho que muchos adultos jóvenes sean susceptibles y que esté aumentando el número de brotes. En los países desarrollados, la transmisión de la enfermedad es frecuente en los centros de atención diurna donde se brinda asistencia a lactantes que usan pañales, en los contactos del hogar y sexuales de los enfermos agudos, en las personas que abusan de drogas por vía intravenosa y en las personas que viajan a países donde la enfermedad es endémica.
· | Alto Riesgo |
· | Riesgo Intermedio |
· | Bajo Riesgo |
En los lugares donde el saneamiento es deficiente, la infección es común y aparece a edad más temprana. En los países desarrollados las epidemias a menudo evolucionan lentamente, abarcan grandes zonas geográficas y duran muchos meses, aunque las epidemias originadas de una fuente común pueden evolucionar de manera explosiva. En los Estados Unidos, los ciclos epidémicos a nivel nacional que alcanzaron su punto máximo en 1961 y en 1971 desaparecieron en el decenio de 1980. Sin embargo, desde 1983 las tasas de hepatitis A han aumentado poco a poco. La enfermedad es más común entre los escolares y adultos jóvenes. En años recientes, los brotes a nivel comunitario han explicado muchos casos de transmisión de la enfermedad, aunque siguen apareciendo brotes causados por una fuete común como son los alimentos contaminados por las manos de personas a su vez contaminadas y por agua también contaminada.
Tratamiento
La mayoría de las personas que contraen la hepatitis A se recuperan por sí solas en pocas semanas.
Puede ser que usted necesite reposar en cama durante varios días o semanas, y no deberá ingerir bebidas alcohólicas hasta que se recupere. El médico le puede recetar medicamentos para aliviar los síntomas.
Fuente: www.aeeh.org