Una mujer puede haberse contagiado de VIH por compartir un cortaúñas
La limpieza de los instrumentos utilizados en el salón de belleza es muy importante a la hora de evitar el posible contagio de algunas enfermedades.
Cuando decidimos ir al salón de belleza para hacernos la manicura o pedicura, no podemos imaginar que esta acción pueda convertirse en un factor de riesgo de contagio del VIH.
Es lo que le ocurrió a una mujer de 22 años de Brasil. Indicó que después de ir a hacerse la manicura se contagió el virus del VIH. Tras una investigación, se llegó a la conclusión de que esto es posible si no se llevan a cabo ciertas prácticas de limpieza y desinfección de las herramientas utilizadas.
El caso de la mujer que se contagió VIH por compartir un cortaúñas
La joven brasileña, al enterarse de que tenía VIH pidió a los médicos que se investigaran las causas, debido a que nunca había tenido sexo, no había recibido ninguna transfusión de sangre ni operación, no se había hecho ningún tatuaje ni piercing. Tampoco se había drogado ni inyectado sustancias con jeringas ni tenido contacto con personas ensangrentadas.
Tras indagar en la vida de la paciente, descubrieron que había compartido herramientas de manicura con su prima hacía unos años. A este familiar le habían detectado VIH tiempo después.
Los estudios posteriores confirmaron que ambas mujeres estaban infectadas con cepas similares del virus, por lo que los médicos llegaron a la conclusión de que es posible contagiar esta enfermedad al usar ciertos elementos compartidos.
¿Cómo se puede contagiar el VIH en el slón de belleza?
Ir al salón de belleza no es sinónimo de contagio en todos los casos. Solo cuando existen unas condiciones precarias de higiene y cuidado puede ser que exista el riesgo. Esto hay que tenerlo en cuenta para no caer en agobios.
No obstante, siempre es importante prestar atención a la limpieza y desinfección de los salones de belleza y este tipo de lugares, y recordar que el virus se transmite a través del contacto con sangre o ciertos líquidos corporales.
Las leyes indican que estos instrumentos usados para cortar, limar y embellecer las uñas deben ser desinfectados durante 30 minutos con agua hirviendo y jabón. Después, hay que desinfectarlos otros 30 minutos, enjuagarlos con abundante agua y secarlos con un paño limpio, antes de guardarlos en un recipiente cerrado hasta que se utilicen para el siguiente cliente.
Al menos deberían limpiarse con un desinfectante básico.
Si has ido a alguna sesión de belleza de manos y pies, sabrás que, en ocasiones, se puede llegar a lastimar la piel alrededor de las uñas, sobre todo en las cutículas, que no se deben quitar, ya que actúan como barrera para evitar que ingresen virus y bacterias.
Si la lima daña la película que une la uña con el dedo, quizás no sangre, pero si dañará las barreras de protección, lo que facilitará el ingreso de agentes infecciosos.
También se utilizan pequeñas tijeras para eliminar las cutículas y los restos de piel en los laterales de las uñas. Siempre saldrá sangre –aunque no se vea– y puede quedar en la herramienta. Si no se lava o desinfecta, pasará a la siguiente cliente.
Riesgo de transmisión de enfermedades en diferentes ámbitos
La falta de higiene en estos lugares no solo puede transmitir VIH, sino también otras enfermedades como hepatitis C. Cualquier elemento afilado que se use y que no se haya desinfectado correctamente conlleva un riesgo.
Tanto hombres como mujeres corren riesgo de contagiarse si acuden a lugares poco higiénicos para hacerse tatuajes o piercings, así como algunas prácticas como la acupuntura. En cualquier sitio donde haya sangre o fluidos corporales la limpieza debe ser aún mayor.
Conclusiones y recomendaciones
A pesar del caso se la mujer brasileña, los expertos afirman que el riesgo de contagiarse de VIH por ir al salón de belleza es mínimo. No quiere decir que no pueda ocurrir, pero que es más una excepción que una regla. Aún así, es necesario tomar ciertas precauciones cuando vayamos al salón de belleza.
Fuente: https://mejorconsalud.as.com/